Todos hemos oído hablar de ella pero, ¿qué es
exactamente la autoestima? Podemos
decir que es el amor que nos tenemos a nosotros mismos, el valor que nos damos
y el afecto con el que nos tratamos. Y eso es algo muy positivo, tú decides
cuánto vales, el problema es que lo haces en base a tu autoestima, y ahí es
donde está el peligro, en todos los factores que pueden afectar a tu
autoestima.
Para que me entiendas, la autoestima es como una semilla que
plantas en la tierra, y riegas todos los días para que brote. Cuando brota, la
sigues regando y abonando para que crezca, y de frutos o se convierta en un
árbol bonito y robusto. De vez en cuando tienes que podarlo y darle otros
cuidados necesarios. Como el árbol, la autoestima es algo que debes cuidar para
que dé sus frutos. Pero cuidado, no es tan sencillo. Si plantas algo al aire
libre, sea una pequeña plantita, un arbusto o un gran árbol, deberás tener
cuidado de que no te lo roben, de las inclemencias del tiempo, de las
travesuras de los niños, de los incendios… todo un conjunto de factores que
pueden alterar el rendimiento de tu esfuerzo. No eres ese árbol, pero a las
personas también hay cosas a las que les afectan, las diferentes actividades
del día a día, la convivencia, el trabajo, la familia, los amigos, los
problemas, los atascos, las opiniones de los demás… Como ves, las relaciones
con los demás son muy importantes, ya que influyen (y mucho) en tu autoestima.
Hay que saber cuándo toca podar un árbol, o
poner un apoyo para que crezca recto…y con las personas sucede lo mismo: hay
que saber cuándo tenemos baja autoestima
y hacer lo necesario para reestablecer nuestro bienestar.
¿Cuándo tengo baja
autoestima? Cuando
solamente eres capaz de ver los errores que cometes, no te valoras, no crees en
ti mismo, cuando al compararte sueles pensar que eres peor o vales menos que
los demás, experimenta emociones negativas… Y esto afecta a varias áreas de tu vida: la belleza, el éxito, el
amor…
Todo el mundo cometemos errores, tenemos un “mal
día” en el que nos vemos feos o pensamos que no valemos, que no conseguiremos
hacer bien algo o que hay otros mejores que nosotros. El problema viene cuando
interiorizamos estas ideas, hasta el punto de creerlas, ya que esta actitud negativa
y pesimista solamente nos ayuda a “tirar piedras sobre nuestro propio tejado”.
Frases como: “no valgo para nada”, “soy
inútil”, “todo lo hago mal”, “soy horrible”, “me lo merecía (haciendo
referencia a un hecho negativo)”… son un maltrato muy grave hacia nosotros mismos
que no deberíamos permitir, ya que podemos acabar matando ese árbol que
llevamos dentro.
Además, las personas con baja autoestima,
ponen en marcha diferentes mecanismos de defensa (para seguir pensando mal de
ellos mismos y valorándose negativamente):
- Suspicacia: piensan mal de la gente, ven motivos secundarios. Ej. “queda conmigo por pena”.
- Justificación: buscan un motivo para explicar las cosas que pasan (reforzando su baja autoestima). Ej. “aprobé porque era fácil”, “me dijo que estaba guapa, pero se lo dice a todas”.
- Desviación: se centran en aspectos negativos en lugar de los positivos. Ej. “todos me han dicho que la cena estaba muy buena pero creo que la mesa no me quedó del todo bien”.
- Incredulidad: no creen en las cosas positivas que les dicen los demás. Ej. “tus amigos dicen que soy simpática, pero es para quedar bien contigo, seguro que les caí mal”.
¿Te ha pasado esto alguna vez? ¿Cómo te
sentiste? ¿Qué hiciste después? ¿Te has repetido este tipo de comentarios de
manera habitual? ¿Conoces a alguien que lo haga?
Recuerda que todos de vez en cuando tenemos un
mal día, en que no nos tratamos con todo el cariño que nos merecemos, pero el
problema es cuando este lenguaje hacia uno mismo se convierte en “lo normal”.
Sin embargo una persona con alta autoestima, se querrá y valorará,
disfrutará de sus éxitos, aprenderá de sus errores sin recrearse en los
fracasos ni entrar en una espiral de negatividad, utilizará un lenguaje
objetivo y menos dañino hacia su persona, experimentará emociones positivas…
Como ves, la autoestima es un aspecto muy importante en nuestras vidas, y según
cómo nos encontremos con nosotros mismos, qué emociones tengamos, cuidaremos de nuestro árbol para que
crezca sano y fuerte y pueda resistir ante las adversidades, o lo dejaremos que
se marchite y sea vulnerable a todo tipo de “ataques”.
Tú decides qué quieres hacer con tu árbol, yo
te dejo ya, que tengo que ir a regar el mío. =)
En el siguiente post veremos cómo trabajar
con la autoestima para tener una actitud más positiva hacia nosotros mismos,
querernos más y al fin y al cabo, ser más felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.