Hoy, indudablemente mi post va dedicado al
tabaco, a todos los fumadores y no fumadores, a toda la gente que lo fue y que
ya no lo es, a los que ni siquiera lo han probado, a aquellos que lo probarán y
por qué no, a aquellos que han sido víctimas de esta adicción.
Seguramente esperabas encontrar un montón de
porcentajes y cifras de las personas que mueren al año en España, en Europa, en
el mundo…pero no, en este post no vas a encontrar cifras, porque creo que no
hace falta. Fumar mata. Y eso es algo que todos ya sabemos. Quizá por conocidos
o familiares, quizá por las noticias, prensa o cualquier otro medio de
información, lo que importa es que lo sabemos, y lo obviamos, nos da igual. El ser
humano, la única especie con capacidad de razonar…y viendo como utilizamos el
tabaco, somos irracionales a más no poder.
Ahora ya tenemos claras dos cosas: sabemos
que fumar mata, y que somos irracionales, ya que sabiéndolo, seguimos fumando.
Pero mi pregunta es, ¿por cuánto tiempo?
Aquí es donde radica la cuestión. Mi objetivo con este post no es ni mucho
menos que todo aquel que lo lea deje de fumar. Con que alguien se cuestione si quiere
seguir haciéndolo, me conformo.
El primer paso para mí, es entonces que la
persona se pregunta el porqué, qué es lo que hace que fume. Muchos de vosotros diréis
que “os relaja”. Y bien, si os digo
que el tabaco es una droga estimulante del sistema nervioso central, ¿creéis
que realmente os relaja? Pensadlo bien. El tabaco es una droga que se encasilla
en las estimulantes del SNC, junto con café, anfetaminas, cocaína… de las otras
drogas, ya sean duras o blandas, imagino que tendrás claro que estimulan,
aceleran tu cuerpo…¿qué pasa entonces con el tabaco?
A los fumadores, imagino que sabréis lo que estáis
consumiendo… ¿realmente sabes qué componentes contiene el tabaco?
Después de esto, sabes que hay millones de
documentos con los efectos perjudiciales del tabaco. Pero, ¿sabes qué
beneficios te aportaría dejar de fumar? No pienses que eso tardará mucho en
llegar, en las primeras 24 horas de abstinencia ya hay beneficios, y más
conforme pase el tiempo. Tu corazón latirá más despacio, habrá menos
componentes tóxicos en tu organismo, percibirás mejor olores y sabores, podrás
realizar esfuerzos físicos mayores, tendrás menos riesgo de sufrir un infarto o
desarrollar un cáncer, la piel recuperará el brillo y poco a poco las arrugas
desaparecerán….Ahora estarás pensando, si ya, pero cuesta mucho, y además, dejar
de fumar, engorda. Nada más lejos de la realidad, y ¿sabes el motivo? Cuando
dejas de fumar, cambia tu metabolismo, se relaja, ya que estaba muy acelerado,
pero solamente se suben 3-4 kg si no hay cambio de hábitos. Para evitar esto,
algunas personas practican ejercicio físico diario, ya que además de saludable,
ayuda a “limpiarse del tabaco”.
Y ahora dirás… “¿y qué puedo hacer si tengo “mono”?”.
Hay actividades que te pueden ayudar a prevenir el síndrome de abstinencia, por
ejemplo: reducir el consumo de bebidas alcohólicas/café y otras sustancias,
realizar ejercicio físico de manera regular, tomar caramelos o chicles sin
azúcar, practicar actividades que te gusten y te hagan sentir bien.
También se puede contar con parches o chicles
de nicotina, incluso con fármacos (consultar esto con el médico).
¿Cómo dejar de fumar? La eterna pregunta. Hay
varios libros y guías sobre cómo hacerlo, pero lo importante es que la persona
esté motivada para dejarlo. Algunos dejan de fumar progresivamente, reduciendo
los cigarrillos que consumen al día. Otros sencillamente se marcan un día, una
fecha clave desde la que no volverán a fumar. O sí, todo depende de las
estrategias que utilicen. Creo que es importante tener en cuenta qué ha hecho
la persona otras veces que ha dejado de fumar (si es el caso), para no caer en
los mismos errores.
Sea como fuere, os propongo dos ejercicios.
El primero consiste solamente en anotar la cantidad de cigarrillos que os
habéis fumado a lo largo del día. Todos, sin excepción. Quizá el domingo,
después de 7 días siendo realmente consciente de ello, os planteáis si es lo
que queréis seguir haciendo. O quizá no, lo que sí es seguro, es que os daréis cuenta
realmente de cuanto fumáis, ya que a muchas personas les sucede eso de encender
un cigarrillo sin siquiera darse cuenta.
El segundo ejercicio es muy fácil, solamente
consiste en escribir una lista con 10 razones por las que quieres seguir
fumando. Tienen que ser 10, sin repetirse. Ahora escribe 10 por las que sería
bueno dejar de fumar. Tómate tu tiempo y comprueba que están todas.
¿Ya lo tienes? Bien. Ahora date cuenta de qué
lista te ha costado más rellenar. Esto no quiere decir que tengas que dejar de
fumar, pero quizá te sirva haberte planteado qué 10 razones te hacen seguir
fumando, ya que puede haber llegado el momento de cambiar algo.
Os dejo un video que quizá, os ayude. Un
saludo y gracias por leer el post!