Centro de Psicología: Yolanda Belenguer Llopis

miércoles, 22 de mayo de 2013

Síndrome de Tourette




Síndrome de Tourette

Aparece en el DSM dentro de los trastornos de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia. Concretamente pertenece al grupo de trastorno por tics.

En cuanto a los criterios diagnósticos que aparecen en dicho manual (DSM), son los siguientes:

Criterios para el diagnóstico del F95.2 Trastorno de la Tourette (307.23)[Criterios CIE-10]:
A. En algún momento a lo largo de la enfermedad ha habido tics motores múltiples y uno o más tics vocales, aunque no necesariamente de modo simultáneo, (una vocalización o movimiento súbito, rápido, recurrente, no rítmico y estereotipado.)
B. Los tics aparecen varias veces al día (habitualmente en oleadas) casi cada día o intermitentemente a lo largo de un período de más de 1 año, y durante este tiempo nunca hay un período libre de tics superior a más de 3 meses consecutivos.
C. El trastorno provoca un notable malestar o deterioro significativo social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. El inicio es anterior a los 18 años de edad.
E. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de un fármaco (p. ej., estimulante) o de una enfermedad médica (p. ej., enfermedad de Huntington o encefalitis pos vírica).
Se trata de un trastorno neuropsiquitátrico que se hereda y comienza en la infancia. Se caracteriza por múltiples tics físicos (motores) y vocales (fónicos), que van precedidos de un pródromo (como el aura en epilepsia), síntomas que anteceden a dicha conducta.

El inicio suele ser entre los 5 y 7 años. Lo más llamativo de este síndrome es la aparición de:
·         Coprolalia: decir cosas de contenido soez o malsonante
·         Copropraxia: hacer gestos desagradables
·         Ecopraxia: imitar movimientos de otras personas (ser como su eco, como un espejo)

Es necesario tener en cuenta que estas respuestas son incontrolables, por lo que no hay que culpar al niño (en muchos casos, antes del diagnóstico, los padres y el entorno pensaban que era un maleducado y que no se portaba bien). Varios de ellos explican que pueden llegar a controlarlos con mucho esfuerzo durante un rato, pero que después, en un corto periodo de tiempo, realizan esta conducta repetitiva muchas más veces: “hay un exceso de energía que si lo reprimo saldrá por otro sitio”.

Se trata de un trastorno que presenta bastante comorbilidad (es decir, suele presentarse unido a otras enfermedades o trastornos), con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y TOC (trastorno obsesivo compulsivo). Por este motivo, presentan síntomas de ambos trastornos, siendo niños muy inquietos y con obsesiones.

Entre los 10-13 años, se produce una exacerbación o aumento de los síntomas. Esto hace que se piense que tienen un bajo CI (cociente intelectual), cuando su fracaso académico se debe a un trastorno atencional (están tan concentrados en no tener tics que no pueden prestar atención a nada más). Estos pacientes tienen alterado el aprendizaje y la memoria implícita. Además, hay disfunciones o alteraciones ejecutivas (en el lóbulo frontal), lo que hace que tangan un bajo control inhibitorio, por lo que no pueden evitar llevar a cabo ciertas conductas.

Debido al exceso de dopamina (DA) en su cerebro, necesitan una gran activación, por lo que necesitan buscar sensaciones (por ejemplo practicar deportes de riesgo). Durante el tiempo que estén liberando este exceso de dopamina, seguramente sus tics se reducirán o serán prácticamente inexistentes, pero en cuanto la actividad cese, volverán a producirse.

En cuanto al tratamiento, en primer lugar está el farmacológico, mediante la administración de neurolépticos metilfenidato (tratamiento del TDAH) entre otros. En segundo lugar, respecto al tratamiento psicológico, se lleva a cabo un tratamiento cognitivo-conductual (exposición con prevención de respuesta, entrenamiento en revisión de hábitos para que tomen conciencia y puedan controlarlos haciéndolos conscientes o buscar alternativas). Además una tercera vía de tratamiento sería la recomendación de ejercicio y los controles dietéticos. En este sentido, se ha observado que dosis altas de omega 3, mejoran la sintomatología del TDAH. En tercer lugar, y solamente indicado en casos graves, se lleva a cabo un tratamiento quirúrgico, en los que se practica estimulación cerebral profunda o estimulación magnética transcraneal.

Para acabar con este post, decir que no todo son cosas negativas en el trastorno de Tourette. Estos pacientes son extremadamente creativos debido al exceso de dopamina. El problema está en que esta creatividad disminuye al darles tratamiento farmacológico, puesto que se regulan sus niveles de dopamina. Algunos grandes genios de la historia (músicos, pintores…) tenían Tourette. Aquí podéis ver un caso de una persona con síndrome de Tourette muy creativa, disfrutadlo:

Os dejo unos videos para que podáis comprender mejor este trastorno, a ver si entre todos conseguimos que la sociedad no los vea como “bichos raros”, por muy llamativos que sean sus síntomas.

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