Síndrome de Tourette
Aparece en el DSM dentro de los trastornos de inicio
en la infancia, la niñez o la adolescencia. Concretamente pertenece al grupo de
trastorno por tics.
En cuanto a los
criterios diagnósticos que aparecen en dicho manual (DSM), son los siguientes:
A. En algún momento a lo largo de la
enfermedad ha habido tics motores múltiples y uno o más tics vocales, aunque no
necesariamente de modo simultáneo, (una vocalización o movimiento súbito,
rápido, recurrente, no rítmico y estereotipado.)
B. Los tics aparecen varias veces al día
(habitualmente en oleadas) casi cada día o intermitentemente a lo largo de un
período de más de 1 año, y durante este tiempo nunca hay un período libre de
tics superior a más de 3 meses consecutivos.
C. El trastorno provoca un notable
malestar o deterioro significativo social, laboral o de otras áreas importantes
de la actividad del individuo.
D. El inicio es anterior a los 18 años de
edad.
E. La alteración no se debe a los efectos
fisiológicos directos de un fármaco (p. ej., estimulante) o de una enfermedad
médica (p. ej., enfermedad de Huntington o encefalitis pos vírica).
Se trata de un trastorno neuropsiquitátrico que se
hereda y comienza en la infancia. Se
caracteriza
por múltiples tics físicos (motores) y
vocales (fónicos), que van precedidos de un pródromo (como el aura en
epilepsia), síntomas que anteceden a dicha conducta.
El inicio suele ser entre los 5 y 7 años.
Lo más llamativo de este síndrome es la aparición de:
·
Coprolalia:
decir cosas de contenido soez o malsonante
·
Copropraxia:
hacer gestos desagradables
·
Ecopraxia:
imitar movimientos de otras personas (ser como su eco, como un espejo)
Es necesario tener en cuenta que estas respuestas son incontrolables, por lo
que no hay que culpar al niño (en muchos casos, antes del diagnóstico, los
padres y el entorno pensaban que era un maleducado y que no se portaba bien).
Varios de ellos explican que pueden llegar a controlarlos con mucho esfuerzo
durante un rato, pero que después, en un corto periodo de tiempo, realizan esta
conducta repetitiva muchas más veces: “hay un exceso de energía que si lo
reprimo saldrá por otro sitio”.
Se trata de un trastorno que presenta bastante comorbilidad (es decir, suele
presentarse unido a otras enfermedades o trastornos), con TDAH (trastorno por
déficit de atención e hiperactividad) y TOC (trastorno obsesivo compulsivo).
Por este motivo, presentan síntomas de ambos trastornos, siendo niños muy
inquietos y con obsesiones.
Entre los 10-13 años,
se produce una exacerbación o aumento de
los síntomas. Esto hace que se piense que tienen un bajo CI (cociente
intelectual), cuando su fracaso académico se debe a un trastorno atencional
(están tan concentrados en no tener tics que no pueden prestar atención a nada
más). Estos pacientes tienen alterado el aprendizaje y la memoria implícita.
Además, hay disfunciones o alteraciones ejecutivas (en el lóbulo frontal), lo
que hace que tangan un bajo control inhibitorio, por lo que no pueden evitar
llevar a cabo ciertas conductas.
Debido al exceso de dopamina (DA) en su cerebro,
necesitan una gran activación, por lo que necesitan buscar sensaciones (por
ejemplo practicar deportes de riesgo). Durante el tiempo que estén liberando
este exceso de dopamina, seguramente sus tics se reducirán o serán
prácticamente inexistentes, pero en cuanto la actividad cese, volverán a
producirse.
En cuanto al tratamiento, en primer lugar está el
farmacológico, mediante la administración de neurolépticos metilfenidato
(tratamiento del TDAH) entre otros. En segundo lugar, respecto al tratamiento
psicológico, se lleva a cabo un tratamiento cognitivo-conductual (exposición
con prevención de respuesta, entrenamiento en revisión de hábitos para que
tomen conciencia y puedan controlarlos haciéndolos conscientes o buscar
alternativas). Además una tercera vía de tratamiento sería la recomendación de
ejercicio y los controles dietéticos. En este sentido, se ha observado que
dosis altas de omega 3, mejoran la
sintomatología del TDAH. En tercer lugar, y solamente indicado en casos graves,
se lleva a cabo un tratamiento quirúrgico, en los que se practica estimulación
cerebral profunda o estimulación magnética transcraneal.
Para acabar con este
post, decir que no todo son cosas negativas en el trastorno de Tourette. Estos
pacientes son extremadamente creativos
debido al exceso de dopamina. El problema está en que esta creatividad
disminuye al darles tratamiento farmacológico, puesto que se regulan sus
niveles de dopamina. Algunos grandes genios de la historia (músicos, pintores…)
tenían Tourette. Aquí podéis ver un caso de una persona con síndrome de
Tourette muy creativa, disfrutadlo:
Os dejo unos videos
para que podáis comprender mejor este trastorno, a ver si entre todos conseguimos
que la sociedad no los vea como “bichos raros”, por muy llamativos que sean sus
síntomas.
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