¿Alguna
vez has fracasado en algo en tu vida? ¿Estás viviendo uno de esos malos
momentos? Quizá este documento pueda ayudarte a ver las cosas desde
otro punto de vista.
En primer lugar es importante que todos tengamos en mente la misma definición de lo que significa fracasar:
un fracaso se produce cuando tenemos un proyecto y no conseguimos los
resultados esperados. ¿Pensabas en el fracaso como una frustración,
chasco o decepción?
Ahora me gustaría que dividieras un folio en 3 columnas. Luego, piensa varias situaciones
en las que hayas sentido que has fracasado y anótalas en la primera
columna. Ejemplo: abrí una peluquería canina con mucha ilusión, pensando
que podría ser un buen negocio y me haría ganar dinero, pasaron los
meses y tuve que cerrar el negocio, ya que no me daba beneficios.
En la segunda columna es conveniente que describas cómo te has sentido en
estas situaciones. Ejemplo: Tras cerrar el negocio me sentí triste,
decepcionado, perdido, derrotado, desanimado, cabreado, irascible,
impotente…
En la tercera, aunque sea difícil, intenta incluir aspectos positivos o aprendizajes
que hayas sacado de esas situaciones, cuantos más, mejor. Ejemplo:
Aprendí que para que un negocio funcione en una zona, tienen que haber
personas interesadas en consumir tu producto o adquirir tus servicios, o
que además esté bien comunicado y ubicado.
Te
preguntarás de qué sirve esto. Seguramente en más de una situación en
la que habías fracasado, te ha sido difícil sacar algún aprendizaje. Si
tienes situaciones en las que aún no has anotado nada positivo, intenta
pensar en qué hiciste y qué cambiarías para hacerlo de otra manera.
Además, es conveniente tener en cuenta los siguientes aspectos para afrontar un fracaso:
· Es una oportunidad para aprender:
siempre se puede aprender algo, aunque solamente sea la manera en la
que no repetirías las cosas en futuras ocasiones. Además, piensa que
cuanto más cosas positivas saques, más probabilidades tienes de triunfar
cuando vuelvas a emprender otros proyectos o actividades. El fracaso,
es parte del aprendizaje.
· Aprende a pasar página:
una vez aprendido algo de la situación, déjala atrás, no te lamentes
una y otra vez pensando en lo bien que podían haber salido las cosas.
· No te paralices:
que no haya salido bien una vez, no quiere decir que nunca puedas
hacerlo bien. El truco está en innovar, en aprender de los errores y en
seguir intentándolo hasta conseguir nuestras metas y objetivos.
· Sé optimista y positivo:
siendo objetivo con tus posibilidades reales. Confía en que con
esfuerzo, tarde o temprano lo conseguirás. Quien no arriesga no gana. Un
entorno positivo te puede ayudar a seguir intentándolo y no hundirte
tras un fracaso. Autocompadecerte por los fracasos solo te llevará a
sentirte más triste, más desdichado…
· No exageres:
a cada situación hay que darle la importancia que se merece. En un
primer momento, seguro que ves todo negro y generalizas a otros aspectos
o situaciones, generándote una sensación de fracaso total, que no
existe realmente. No conseguir nuestros objetivos en un área de nuestra
vida no supone fracasar en todas. Por ejemplo, si te divorcias, no
quiere decir que no valgas en el trabajo, ni que seas un mal padre, ni
que tus amigos deban darte la espalda…puedes pensar que tu matrimonio ha
fracasado, pero no eres un fracasado, tu vida sigue adelante con muchas
exigencias en otros ámbitos.
· Espera errores:
no todo suele salir bien a la primera. En ocasiones será necesario
intentarlo varias veces, corrigiendo los errores, que seguramente
pasarán, ya que no tenemos la fórmula perfecta para obtener el triunfo
en todo lo que deseamos. Recuerda que nadie es perfecto.
· Olvida lo que piensen los demás:
no todo el mundo va a juzgarte, y quien lo haga seguramente no conoce
todo el esfuerzo invertido por tu parte. Crece con las críticas
constructivas e ignora las críticas que solamente buscan hacerte daño,
ellos tarde o temprano, también fallarán en algo.
· Felicítate por el trabajo bien hecho:
seguro que has hecho cosas bien a pesar de no haber obtenido los
resultados que esperabas y no siempre somos capaces de darnos una
palmadita en la espalda, ya que focalizamos todo en nuestros errores,
solamente vemos lo mal que lo hemos hecho.
· Asume las propias culpas y responsabilidades:
aunque te parezca difícil, intenta extraer en qué has fallado tú. Hay
situaciones que fracasan por sí solas, y no es culpa de uno mismo. Busca
tus errores para corregirlos.
· Sé flexible:
ten capacidad para cambiar, para adaptarte a las nuevas situaciones.
Quizá lo que te funcionó en un momento, puede no ser tan útil meses
después.
Edison
fracasó 998 veces antes de crear la bombilla eléctrica. ¿Qué hubiera
pasado si tras uno de esos fracasos no lo hubiera intentado? ¿Y si no
hubiera aprendido nada de sus errores?
Además,
piensa que para valorar realmente los éxitos, tenemos que experimentar
los fracasos, no puede haber arco iris, sin un poquito de lluvia.
Yolanda Belenguer Llopis
Yolandabllopis@gmail.com
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