Centro de Psicología: Yolanda Belenguer Llopis

miércoles, 24 de abril de 2013

Sucidio, ¿qué es necesario que sepas sobre él?



¿Alguna vez has tenido ideas de suicido? ¿Y alguien de tu entorno? Esto es común en personas que viven día a día con mucho estrés y se sienten desbordados por situaciones que le generan tanto ansiedad como depresión.

Quizá conozcas a alguien de tu entorno que haya amenazado alguna vez con quitarse la vida. Todas las amenazas deben tenerse en cuenta, ya que el suicidio es una de las 10 causas más frecuentes de muerte en el mundo.

Hay diferentes situaciones que pueden llevarte a pensar que la vida no tiene sentido: problemas económicos, rupturas sentimentales o matrimoniales, pérdidas en general, dificultades en la vida cotidiana, enfermedades…

La ideación suicida abarca desde el pensamiento de hacerlo, hasta llevarlo a cabo, pasando por querer quitarse de en medio, imaginarse cómo lo harías elaborando un plan… Es importante que no caigas en el error de pensar “como lo ha dicho, no lo va a hacer”.

Cada etapa de la vida es diferente, ya que nos implicamos en un tipo de problemas y otro, con mayores o menores responsabilidades, por lo que existen diversos factores a tener en cuenta según la edad:

·         En la niñez:
o   Factores de riesgo:
§  Por parte de los padres: falta de maduración biopsicológica, disciplina inadecuada (tanto por ser demasiado permisivos como demasiado autoritarios), sufrir trastornos de personalidad o enfermedad mental, clima familiar inestable, maltrato físico y psicológico a los hijos (o sufridos por ellos mismos, ya que los menores lo acusarían también)…
§  Por parte del niño: Disforia, agresividad, trastorno del control de impulsos, sentirse rechazado, baja tolerancia a la frustración, excesiva demanda de atención y afecto, intentos de manipulación inapropiados para su edad, baja autoestima, enfermedad mental…
o   Principales causas:
§  Presenciar acontecimientos dolorosos y/o traumáticos
§  Problemas en las relaciones familiares
§  Problemas escolares
§  Sentirse humillado, rechazado, acosado o agredido
§  Querer reunirse con familiares fallecidos (aquí radica la importancia de explicar la muerte al niño, acorde a sus capacidades y habilidades de asimilación, darle información al respecto, aunque no más de la que pida y pueda asimilar).
Que existan motivos no quiere decir que el niño vaya a llevar a cabo la conducta de manera impulsiva. Suele haber un periodo en el que la conducta del niño es diferente a la habitual, por eso es necesario estar alerta de cualquier cambio que te haga sospechar que algo está pasando, y consultar con un profesional si tienes dudas.

·         En la adolescencia:
o   Factores de riesgo: los presentes en la infancia, independizarse a edades excesivamente tempranas (alrededor de los 15 años), identificarse con familiares, amigos u otras personas que se han suicidado, excesiva permisividad con conductas antisociales, ideas distorsionadas acerca de la vida y la muerte, falta de apoyo social, relacionarse en ambiente delictivo, estallido de enfermedades mentales (en gran medida trastornos del humor y esquizofrenia), infancia problemática, cambios que desborden al adolescente…

·         En los adultos:
o   Factores de riesgo: arrastrar problemas desde la infancia, adicciones, trastornos de personalidad u otros trastornos (sobre todo depresión), efectos de fármacos, cambios hormonales y biopsicosociales, conflictos matrimoniales o laborales, problemas económicos (hoy en día ha habido un incremento de suicidios debido al desahucio/embargo por impago de la hipoteca), desempleo (en la actualidad hay muchos adultos que ven su futuro desesperanzador en cuanto a volver a encontrar un trabajo remunerado, debido a la situación económica que vivimos), antecedentes psiquiátricos o criminales…

·         En la vejez:
o   Factores de riesgo: abandono de la profesión, sentimientos de soledad e inutilidad, escaso apoyo/relaciones sociales, conciencia de la proximidad a la muerte, enfermedades, desarrollo de dependencia/falta de independencia y autonomía, problemas emocionales (depresión, baja autoestima…), muerte de familiares y amigos, problemas económicos (hoy en día se están produciendo desahucios a ancianos que avalaron a sus hijos, o situaciones en las que con su pensión, mantienen a sus hijos y nietos)… podrían diferenciarse según origen:
§  Médicos: enfermedades crónicas, hospitalización, efectos secundarios de fármacos, enfermedades que pueden dar lugar a depresión y ésta,  a conductas suicidas…
§  Familiares: fallecimiento de familiares y amigos, sentirse una carga (algunas personas van rotando cada mes a casa de un hijo, con los consiguientes perjuicios que esto supone), ingreso en residencias (sentimiento de abandono, deterioro mayor…)
§  Psicológicos/psiquiátricos: jubilación, aislamiento social, falta de proyectos vitales…
o   Peculiaridades: son el rango de edad con mayor tasa de suicidios, no llevan a cabo tantos intentos fallidos (suelen emplear métodos bastante eficaces), y no son actos impulsivos, sino algo bastante premeditado.

Por todo esto, aquí tienes algunos consejos que pueden servirte de ayuda, tanto para ti, como para los demás, para saber cómo afrontar los pensamientos suicidas: 

  •  Evita consumir drogas, ya que estas pueden alterar tu capacidad de juicio y razonamiento.
  •   Habla con familiares y amigos, posiblemente no puedan solucionar todos tus problemas, pero siempre podrán prestarte su apoyo y escucha. No estás solo, pide ayuda.
  •   Si es otra persona la que te ha comunicado ideas suicidas, escúchala, ayúdala a desahogarse, respétala, mímala, ten tacto, no la juzgues, pregúntale sobre los motivos, sobre qué pretende conseguir, trata de buscar junto a esa persona otras soluciones no suicidas. Es importante contar con el apoyo de otros familiares para que te ayuden a controlar la situación, aunque esto es bastante delicado ya que la persona no suele querer que su familia se entere.
  •   Date caprichos, te los mereces. No solamente caben los caprichos materiales y que tienen un coste económico, relájate en la playa, túmbate a ver una película, disfruta de tu música favorita…cualquier cosa que te haga sentir bien. Si no eres tú quien tiene este tipo de ideas, puedes hacer planes con la persona que sepas que le gustan, para que se distraiga y se anime.
  •  Ponte en contacto con un profesional.
 Yolanda Belenguer Llopis

yolandabllopis@gmail.com

domingo, 21 de abril de 2013

¿Quieres conocer tu coeficiente de irritabilidad?


Seguro que alguna vez te has visto envuelto en situaciones que te han alterado, que te han puesto nervioso, que te han hecho tener estallidos de ira,y te han producido sentimientos de ira, cólera...
 
Esto, puede haber provocado reacciones desmedidas en ti, por lo que te habrán generado frustración, resentimiento, decepción y varios dolores de cabeza, así como discusiones con varias personas. Entiendo que estas cosas no te hagan feliz, y que no te dejen disfrutar de la vida.
 
Por ello, te propongo que contestes un test muy sencillo, para saber cuál es tu coeficiente de irritabilidad. De esta manera, cuando acabes, podrás calcular tú mismo la puntuación, y en el siguiente post sabrás qué puedes hacer para reducirlo. ¿Te apetece saber cual es tu CI? Perfecto, coge un bolígrafo y un folio. ¿Los tienes? Ahora solamente tendrás que ir anotando tus respuestas y luego sumarlas. ¿Lo has entendido? Allá vamos...
 
Escala de irritación NOVACO
 
¿Está irritado? ¿Cuál es su CI? (coeficiente de irritabilidad).
 
Lea la lista de 25 situaciones potencialmente estresantes. Responda a las siguientes preguntas aplicando esta sencilla escala:
 
0) Sentiría muy poco fastidio o ninguno
1) Se sentiría un poco irritado
2) Se sentiría moderadamente irritado
3) Se sentiría bastante irritado
4) Se sentiría muy irritado
 
Marque su respuesta después de cada pregunta como en el ejemplo siguiente:
 
Usted está yendo en su coche a buscar a un amigo al aeropuerto y se ve obligado a esperar que pase un tren de carga ______
 
Comenzamos:
 
1) Desempaqueta un aparato que acaba de comprar, lo enchufa y descubre que no funciona _____ 
2) Le cobran de más por una reparación que no tiene otro remedio que realizar ____
3) A usted le riñen constantemente, mientras las acciones de los demás pasan inadvertidas _____
4) Se le queda el coche atrapado en el barro o en la nieve _____
5) Usted le está hablando a alguien que no le contesta _____
6) Alguien finge ser lo que no es _____
7) Mientras está luchando por llevar cuatro tazas de café a su mesa en una cafetería, alguien lo atropella, derramando el café _____
8) Usted ha colgado su ropa, pero alguien la tira al suelo y no la recoge _____
9) Es perseguido por un vendedor desde el momento en el que entra en una tienda _____
10) Se ha puesto de acuerdo con alguien para ir a alguna parte pero esa persona se vuelve atrás en el último momento y lo deja colgado _____
11) Le gastan bromas o le molestan _____
12) Su coche se queda atascado en un semáforo y el tipo del vehículo de detrás no deja de tocar el claxon _____
13) Accidentalmente, efectúa un giro incorrecto en un aparcamiento. Cuando baja el coche, alguien le grita: “¿Dónde aprendiste a conducir?” _____
14) Alguien comete un error y lo culpa a usted _____
15) Usted está tratando de concentrarse, pero alguien que se encuentra cerca de usted está dando golpecitos en el suelo con el pie _____
16) Le presta a alguien un importante libro o herramienta y no se lo devuelven _____
17) Ha tenido un día ocupado y la persona que vive con usted empieza a quejarse porque no entiende cómo puede ser que usted se haya olvidado de hacer algo que había quedado en hacer _____
18) Está tratando de discutir algo importante con su compañero o su socio, quien no le da la oportunidad de expresar sus sentimientos _____ 19) Está discutiendo con alguien que insiste en hablar de un tema que conoce muy poco _____
20) Alguien mete la nariz en una conversación entre usted y otra persona _____
21) Necesita llegar rápidamente a un lugar, pero el coche que va delante del suyo corre a una velocidad de 40 km/h en una zona donde la velocidad permitida es de 60 km/h y usted no puede adelantarlo _____
22) Pisa un pedazo de chicle _____
23) Un pequeño grupo de personas se burlan de usted cuando pasa por delante de ellas _____
24) Agobiado por llegar tarde a alguna parte, se rompe los pantalones con un objeto puntiagudo _____
25) Usa la última ficha que tiene para hacer una llamada telefónica, pero la llamada se corta antes de que termine de marcar y no recupera la ficha _____
 
 
Resultados:
 
0-45: el grado de irritación que experimenta por lo general es notablemente bajo. Sólo un pequeño porcentaje de la población obtendrá una puntuación tan baja en este test. ¡Usted es uno de los pocos elegidos!
 
46-55: usted es considerablemente más pacífico que la media.
 
56-75: usted responde a las molestias de la vida con un grado de irritación medio.
 
76-85: Tiende a reaccionar de manera iracunda ante las molestias de la vida. Es más irritable que persona promedio.
 
86-100: Es el campeón de la ira. Lo persiguen frecuentes, intensas y furiosas reacciones que no desaparecen rápidamente. Probablemente guarda sentimientos negativos mucho tiempo después de que haya pasado el insulto inicial. Debe tener fama de ser impulsivo. Puede tener dolores de cabeza por tensión y alta presión arterial. Su ira puede salirse de control a veces, y como resultado tiene arranques de hostilidad impulsiva. Su humor probablemente le cause problemas. Sólo un bajo porcentaje de adultos reacciona con la misma intensidad.
 
¿Has obtenido ya tu resultado?¿Crees que te define bien tu puntuación? Como te he dicho antes, en el siguiente post aprenderás a reducir tu coeficiente de irritabilidad.
 
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¿Cómo desarrollar la empatía?



Seguro que muchas veces has escuchado la palabra EMPATÍA, sin saber exactamente a que se estaban refiriendo. ¿Te ha sucedido alguna vez? Piensa durante unos segundos cómo definirías la empatía. ¿Ya lo tienes?

 La empatía es la capacidad para ponernos en la piel del otro, entendiendo las causas y la situación personal, sus sentimientos y emociones, sus preocupaciones…es un rasgo más que caracteriza a las personas con inteligencia emocional.


Día a día te molestan cosas que hacen los demás, y en la mayoría de los casos no te paras a pensar el motivo que la persona tenía para comportarse de esa manera.

 Por ejemplo: imagina que acabas de hacer la compra, sales de la tienda y llevas las bolsas en la mano, cuando un chico con una bici te atropella y te tira las bolsas al suelo sin siquiera pararse para ayudarte a recogerlas. Seguramente pensarás que es un maleducado, que no tiene consideración, que no tenía derecho a tirarte las bolsas…

En este caso estás etiquetando a la persona, y eso, lejos de ayudarte a sentirte mejor, te genera un mayor malestar con la situación. Además, no te importa cuál es el motivo de ese chico para haberte atropellado por circular tan rápido por la acera y no pararse a ayudarte o disculparse. Lo cierto es que ese chico podía haber recibido una mala noticia, que un familiar había tenido un accidente y que estaba muy grave en el hospital. ¿Lo juzgarías de la misma manera pensando que es un irresponsable que sabiendo que tiene un problema y por eso ha actuado de esa manera? Seguramente no. 


¿Ahora podrías pensar situaciones de tu vida en las que creas que no te has puesto en el lugar de los demás? ¿Podrías escribirlas en una hoja? Deja esa hoja aparte, más tarde la utilizaremos.


¿Podrías escribir en otra hoja las situaciones en las que no te hayas sentido comprendido y la gente te haya recriminado? En definitiva, hacer una lista de situaciones en las que hayas sentido poca empatía por parte de los demás. ¿La tienes ya? ¿Cómo te has sentido en cada una de esas situaciones?


Ahora que ya sabes lo importante que es ponerse en el lugar de los demás, puedes pensar los motivos por los que aquellas personas hicieron algo que te molestó y tú no les entendiste. ¿Cómo crees que deberías haber actuado para que esas personas se sintieran comprendidas? 

Tienes dos listas con varias situaciones en las que puedes pensar un comportamiento alternativo, diferente, para que la persona que tiene un problema, se sienta comprendida por los demás.


Puedes leer más sobre este tema en libros que trabajen la inteligencia emocional.


A continuación te dejo un video que ilustra situaciones en las que una persona no es empática, y posteriormente se pone “las gafas de la empatía”, y comprende a los demás.





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Técnica para parejas que no funcionan


Hoy te voy a hablar de una técnica concreta para parejas que no funcionan. ¿Tienes una relación y crees que no funciona? 

Vamos a aplicar una técnica para que veas el deterioro que puede sufrir una relación con el paso del tiempo y de una discusión tras otra. 

Coge un folio, ¿lo tienes ya? Perfecto, ahora arrúgalo todo lo que puedas y haz una pelota con él. ¿Está bastante arrugado? Muy bien ahora ábrelo, e intenta dejarlo como estaba, totalmente liso. ¿Es difícil verdad?

 Sigue intentándolo. ¿No lo consigues? Prueba un poco más…

Y bien, después de un rato intentándolo, te das cuenta de que ese folio ya no volverá a estar como al principio, por mucho esfuerzo que hayas invertido. ¿Qué crees que pasa con las relaciones? ¿Te has sentido como ese papel alguna vez? ¿Te ha costado rectificar y borrar esas “arrugas” en tu pareja?

Es importante que tengas en cuenta esto antes de iniciar una futura discusión, ya que al igual que esa hoja de papel, las personas quedamos marcadas con los hechos, y es difícil volver al estado inicial, por mucho que nos esforcemos. ¿Crees que alguna vez has tenido un estallido de ira y no has pensado en lo que podría pasar después? Esto se parece bastante a lo que has hecho para arrugar la hoja de papel.

 Con esta técnica quizá intentes controlar tu ira y escoger bien tus palabras en futuras ocasiones para evitar discusiones con tu pareja. Pero recuerda, no basta con intentarlo, HAZLO.

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Herramientas para reducir tu ira



La irritación, como todas las emociones es la consecuencia de tus pensamientos, de la interpretación que le des los hechos. El problema está en el significado que le des a la situación, no en la situación en sí. Es cierto que todos los días te suceden contratiempos o experiencias negativas, pero los sentimientos dependen de cómo te lo tomes.


Muchas veces la irritación está generada por distorsiones cognitivas, pensamientos equivocados que te llevan a malinterpretar la situación, a ver solo la parte negativa y a no saber manejar tus propias emociones, por lo que pierdes el control, y esto no le conviene a tu salud.


Te preguntarás qué tipos de distorsiones cognitivas hay y qué puedes hacer para combatirlas, ¿verdad? ¿Quieres aprender a detectarlas para poder manejarlas? ¿Quieres reducir tu irritación? Toma nota, ya que tienes que estar alerta para poder descubrir cuando te suceden:


·         Etiquetación: cuando describes a la persona que te ha perjudicado, lo haces de manera negativa. Dices que la persona “es así” en lugar de pensar que “en esa situación concreta, se ha comportado de esa manera”. Repites en tu cabeza todas las cosas que te disgustan (por lo que solo prestas atención a las cosas negativas, como un filtro mental) e ignoras las que te gustan (descalificas o minimizas lo positivo). Esto hará que te sientas cada vez más indignado y furioso, culpando a la otra persona, sin tener en cuenta lo único que consigues es empeorar la situación.


·         Lectura de pensamiento: cuando inventas motivos para explicar el comportamiento de los demás, ya que no son los motivos reales que han hecho que la otra persona actúe de una manera u otra.


·         Magnificación: cuando exageras la situación, las emociones, la duración y la intensidad de tu enfado. Esto puedes identificarlo pensando en “cuando haces una montaña de un granito de arena”. 


·         Debería y no debería: cuando algo no te gusta de otra persona, dices que “no debería haberlo hecho”. Es importante que tengas en cuenta que no siempre vas a obtener lo que quieres de las situaciones, y no por ello es algo injusto, no te frustres. Son irracionales cuando piensas que deberías obtener lo que quieres de forma inmediata y si no lo consigues tienes una “pataleta”. No existe una justicia absoluta: lo que para ti es justo, para otras personas puede no serlo, ya que es algo subjetivo, personal.


¿Crees que te ha sucedido alguna vez alguna de estas distorsiones? ¿Te han ayudado a solucionar alguna situación? Ahora ya sabes que son errores de pensamiento, que te generan emociones negativas. ¿Quieres conocer algunos métodos para reducir tu irritación en las situaciones que no puedes obtener beneficios? Será importante que tengas en cuenta lo siguiente:


·       Desarrolla el deseo: apunta en una hoja las ventajas y desventajas de sentirte irritado y actuar guiado por la ira. Piensa en las consecuencias que a corto y a largo plazo esto te va a producir. Si no lo haces, tendrás el deseo de defender y justificar tu irritación.

·         Enfría los pensamientos acalorados: coge un folio y haz dos columnas, una con los pensamientos acalorados, que te producen irritación, y otra con pensamientos fríos, que no te producirían este malestar.

·         Controla las técnicas de imaginación: los pensamientos acalorados te producen irritación incluso varios minutos después de la discusión o del evento estresante. Para controlar estas imágenes que están en tu cabeza hay dos métodos muy útiles: utiliza el humor y la detención del pensamiento (intenta decir en voz alta ¡stop!, mientras golpeas la mesa e intentas cambiar tus pensamientos).
·         Reescribe las reglas: puedes revisar tus reglas sobre las relaciones interpersonales y adecuarlas si crees que no son muy realistas.
·   Aprende a esperar lo absurdo: descarta las expectativas de recibir algo bueno de ciertas situaciones. E esta manera no te irritarás si no consigues lo que querías.

·         Practica la manipulación consciente: si en lugar de castigar a la persona que ha hecho algo que no te gusta, la recompensas por lo que te gusta, obtendrás resultados mucho más positivos, y evitarás discusiones y resentimientos. 

·     Reduce los “debería”: haz una lista de porqué la persona no “debería” haber actuado de esa manera. ¿son realistas? ¿tienen sentido? Seguramente tengas que negociar, no siempre se puede ganar sin perder algo a cambio.

·       Intenta negociar: felicita a la persona por lo que ha hecho bien, encuentra algo en lo que coincidáis (de esta manera conseguirás que te escuche) y luego aclara tu punto de vista con calma. 

·      Desarrolla la empatía: lo conseguirás si comprendes a la otra persona, sus pensamientos y motivaciones.


¿Has tomado nota? ahora puedes hacerlo todo a la vez, haciendo un “ensayo cognitivo”, imaginando cómo pondrías en práctica todas las herramientas anteriores. Pon en práctica en tu imaginación diferentes situaciones varias veces a la semana, así cuando sucedan, estarás preparado para manejar la situación.






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